Esta afección, se define como la muerte repentina de un infante menor de un año, el cual estaba aparentemente sano. En el 90% de los casos esta muerte ocurre entre los 2 y 6 meses.
Existen diversos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de que un bebé padezca este síndrome, entre ellos se encuentran los siguientes:
• Que los familiares del infante fumen, ya que se han encontrado grandes cantidades de nicotina en los pulmones de los bebes muertos de esta manera.
• Historial familiar en el que algún miembro haya muerto por esta causa.
• Deficiencias alimenticias en la madre.
• Consumo de drogas y alcohol de la madre durante el embarazo.
• Ausencia de alimentación de leche materna.
• Al momento de acostar al bebé que la madre lo coloque boca abajo, además de ropa excesiva y con una temperatura demasiado elevada en la habitación.
• El sexo del bebé puesto que en el 61% de los casos los infantes fallecidos por esta causa fueron varones.
Algunas recomendaciones que pueden tomarse en cuenta, para disminuir las probabilidades de riesgo son:
• Acostar al bebé boca arriba, y evitar colocarle edredones o sábanas que puedan causar asfixia, además de acostarlo en un colchón firme.
• Alimentar al niño con leche materna ya que reduce el riesgo.
• Evitar fumar en la casa e inmediaciones en donde se encuentre el infante.
El síndrome de muerte súbita es una de las primeras causas de muerte en niños sanos, a pesar de que es impredecible, es importante tomar las precauciones necesarias para asegurar la supervivencia del niño.
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